Y es cuando te acaban de tratar como un trapo sucio, que te das cuenta
que no eres más que el la opción B, por sí la A sale volando.
Con un abrazo es suficiente para detener este mar de decepción en la que he caído.
Alguien que me ofrezca la mano, para que mi orgullo y dignidad se vuelvan a levantar.