Hoy es 29 de Febrero /según mi reloj 1 de Marzo/ y quería subir algo, aunque no se exactamente el que. Tal vez me queje de la mente cerrada que es la gente, lo poco que les preocupa lo que pase en el mundo, hablar de cualquier tema sin tener ni idea....y estaríamos así hasta el próximo 29. Podría hablar de estos y muchos más temas pero no, voy a decir otra cosa que muchos han olvidado o simplemente les es igual: somos humanos, reímos, lloramos, queremos en una palabra, sentimos. Las palabras tienen un poder impresionante, que decimos, como lo decimos, cuando lo decimos, a quien se lo decimos, con que intención lo decimos...y olvidamos que estas palabras, estos sonidos significan algo y los más importante, pueden herir a las personas.

Los humanos no somos malos por naturaleza, los humanos evolucionamos a lo largo de los años, las circunstancias, las personas, todo lo que engloba nuestro día a día, nos hace cambiar, madurar, crecer...vivir.

Nuestra personalidad se va creando a partir de esto, nuestras defensas, muros y fortalezas, las capas y capas en las que resguardamos nuestros corazones. La confianza ya no es algo que uno regale así por así, llega un momento en que empiezas a ver las cosas de distinta forma, que todo es una división estúpida, ni más ni menos y que sólo somos uno más, ya que destacar es sinónimo de perdición, lo mejor es ser invisibles, no destaques, no pienses, no te expresen, porque otros te pisotearan y te dirán que hacer y como pensar, que tu opinión no sirve de nada y no es válidas, que es incorrecta. Pero parece que siempre olvidamos algo, los humanos tenemos orgullo y cuando este es pisoteado nos rebelamos, es entonces cuando estallamos, gritamos, lloramos...pero ¿Por qué hemos tenido que esperar tanto para decir lo que pensamos? ¿Realmente hace falta que nos pongan al límite para reaccionar? Eso sí es estúpido, somos nosotros mismos lo que tenemos que empezar a opinar, pensar, y hacer lo que queremos hacer. No somos máquinas que seguimos órdenes sin rechistar, sin tener conciencia ni corazón, somos humanos y nos guste o no, sentimos.