A veces, hay tantas cosas que queremos decir, tantos sentimientos que queremos expresar, que sólo el silencio puede darnos aquello que deseamos. Silencio para pensar, silencio para no pensar. Pero al igual que las palabras el silencio también nos hace malas pasadas. La tranquilidad del silencio es, sin duda, un arma de doble filo. Esta arma puede calmar las aguas de nuestro corazón, o hacerlas más incontrolables y destructivas que nunca.
¿Cuánto tiempo queda para que la destrucción se haga realidad?
El silencio, hoy por hoy, me hace daño, porque me deja pensar y provocar una tormenta :(
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